03APROVECHAR AL MÁXIMO LA LUZ DEL DÍAParece sencillo, pero no deja de ser cierto. Si aprovechas la luz natural durante el día, no necesitas tener muchas luces encendidas. Por supuesto, esto se convierte en un reto mayor en invierno, cuando los días se acortan y tenemos cada vez menos luz diurna. En este caso, sin embargo, puedes reducir al mínimo el uso de las lámparas y utilizar la iluminación absolutamente necesaria sólo en los pocos lugares en los que necesites concentrarte; por ejemplo, en la isla de la cocina cuando estés cocinando o en el escritorio o la mesa del comedor cuando estés trabajando o ayudando con los deberes. Deja apagadas todas las demás fuentes de luz innecesarias y utiliza sólo las luces más necesarias en los lugares más importantes.
Otra forma estupenda de aprovechar al máximo la luz del día son las luces solares. Con las luces solares, puedes utilizar los recursos naturales de la Tierra y cargar la célula solar utilizando la luz del sol a través de la pequeña batería de la parte superior. Cuando enciendes la luz por la noche, utiliza la energía que se ha cargado en la batería durante el día, por lo que no necesitas utilizar electricidad para esta luz. Las luces solares son, por tanto, una solución muy respetuosa con el medio ambiente, que ahorra energía y, lo que es más importante, es económica y no se nota en la factura de la luz.
Además, las células solares son extremadamente inteligentes para la iluminación exterior, ya que la gran mayoría de ellas se encienden solas cuando detectan que el sol ya no las carga. De este modo, no tiene que preocuparse de temporizadores ni de encendidos manuales cuando oscurece.
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