Schottlander

Bernard Schottlander nació en Alemania, en concreto, en Mainz en 1924 y se mudó a Inglaterra en 1939. Después de servir para el ejército británico en India, aprendió técnicas de soldadura y tomó la trayectoria de artes de Leeds College of Art, después tomó clases, gracias a una beca, en Anglo-French art centre en St John’s Wood.

Bernard Schottlander se describió a sí mismo como diseñador cuando se trataba de interiores, pero como escultor en el ámbito de exteriores.

Después de muchos años de éxito como diseñador industrial, Bernard Schottlander decidió concentrarse en ser escultor. A finales de los años 1950, hizo un taller en el norte de Londres, en el que tuvo al cualificado asistente George Nash durante muchos años. Desde 1965 fue profesor de metalurgia en St Martins School of Art, y en el mismo año fue miembro del grupo SIx Artists en Institute of Contemporary Arts en Londres y más tarde, en 1966, tuvo su primera exposición en solitario en Hamilton Galleries, que también se encuentra en Londres.
Bernard Schottlander admiraba a Alexander Calder, y tomándolo como referencia de inspiración, creó la serie de lámparas Mantis en 1951. Todas las creaciones de Schottlander poseen movimiento entrelazado profundamente: un artista, un ingeniero y no menos, un “manitas”. Ideó un sistema inteligente con contrapesos que fue combinado con un conjunto de varillas fuertes y flexibles de metal. Las pantallas también eran especialmente únicas, que, como un acróbata, se encuentra colgante con elegancia y facilidad. Las pantallas se fabrican en aluminio con ayuda de técnicas de moldeo de rotación, los cuales se basan en las habilidades del metalúrgico. Bernard Schottlander añadió a esta sólida artesanía sus habilidades de escultor, creando un movimiento espiral donde simetría y asimétrico están en juego.

La luz, con su juego eterno entre equilibrio y desequilibrio, revela algunos de los secretos tras lo que entendemos como una “forma sólida” y “vacío”. Y al igual que los disturbios provocados por Alexander Calder, la serie de lámparas Mantis se presentan como desafiantes de la gravedad. La esencia de la poesía de los objetos es una invitación de acceso al mundo de los sueños de elegancia equilibrada.

DCW - La Lampe Gras - Bernard Schottlander
Philippe Cazer y Frédéric Winkler sobre los pensamientos detrás de DCW
”DCW nació por nuestra pasión por los objetos… objetos que nos acompañan y nos siguen en nuestro día a día. Objetos en los que podemos confiar, que son honestos y ya creados agregan un toque esencial de diseño perfecto.
Objetos perfectos en su propio género y tipología pero que, además, irradian belleza y generosidad arquitectónica. Debería producir un sentimiento de deseo y empeño por tratar el objeto con respeto, y también es el objetivo que, con el paso del tiempo, se cree un vínculo… una conexión con el mismo.
Una forma de vida y una forma de ver”
Entre otros productos de DCW, se puede encontrar la serie Mantis, de Bernard Schottlander, y La Lampe GRAS.
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